La «línea 900» es la primera respuesta a las personas que tienen cualquier síntoma, inquietud o interrogante sobre el Covid-19. La gente llama con dudas o simplemente porque no sabe a quién recurrir, pero también son quienes escuchan de muchas personas solas, que no tienen gente cerca que les ayude.
En una carta, trabajadoras del servicio han denunciado que meses después de trabajo y preparación en atención directa a las consultas coronavirus y poniendo «todos nuestros esfuerzos en dar un servicio humanizado, profesional y de calidad, nos encontramos con contratos que se extinguen el próximo día 15, sin ninguna comunicación y sin saber si el lunes se va a atender la línea».
Todo esto ocurre en pleno ascenso del número de casos Covid19 en Cantabria y con un endurecimiento de la medidas de confinamiento.
«Cuando nos nombraron para esta labor, lo hicieron encomendándonos esta responsabilidad por la necesidad generada de prestación de servicios de carácter temporal, coyuntural y extraordinario supeditada su duración a la subsistencia de la mencionada necesidad y cuya valoración recae en la Gerencia del Servicio Cántabro de Salud», han declarado.
Por otro lado, han criticado que si la Gerencia considera que la necesidad ya no existe, «está desde luego muy alejada de la realidad de la calle y de los problemas de la ciudadanía»
«Si piensa que el trabajo que venimos desarrollando un equipo de 22 profesionales puede ser asumido por 7 (que son los que van a quedar) desconoce lo que hacemos y el grave perjuicio que se causará a tantas personas en situación de vulnerabilidad», afirman en la carta.
Los trabajadores indican que si pretende contar con un nuevo equipo, se olvida que partirían de cero, «atendiendo realidades difíciles en estos duros momentos de la pandemia».
Los profesionales consideran que «hoy éramos considerados trabajadores esenciales, en los que la Administración ha formado específicamente y con un bagaje personal acumulado por la experiencia adquirida». «Ese principio de funcionamiento permanente y de continuidad que se reflejó en nuestros nombramientos debería ser imprescindible para una asistencia profesional y por lo tanto con capacidad resolutiva a las consultas que nos llegan de los ciudadanos y ciudadanas», sentencian.