El valor de los cuidados es el valor de la vida

Mucho se acuerdan ahora los políticos de la “EDUCACIÓN ESPECIAL”… aunque, como dice el refrán, «nunca es tarde si la dicha es buena.» Así que, en cualquier caso, gracias por hacerlo.
No obstante, ¿saben sus señorías el salario que cobra un “cuidador” en un centro residencial de atención a personas con diversidad funcional?
¿Saben sus señorías que, “gracias” a su medida política que ofrece facilidades a personas sin formación oficial en la atención a la dependencia, muchas profesiones oficiales de grado medio y superior se ven menospreciadas, vapuleadas y desprestigiadas?
¿Saben sus señorías que las profesiones de atención y cuidado a las personas dependientes las ejercen en su gran mayoría MUJERES? Sí, mujeres que dan todo por atender; que se entregan a fondo por sacar adelante un trabajo durísimo, bastante desconocido para la mayoría de la sociedad pero absolutamente desconocido para todos los políticos que viven inmersos en su burbuja de privilegios.
Defiendan la educación especial, señorías, defiendan la integración.
Acuérdense del motor fundamental, del “combustible” necesario que mueve el sector de la dependencia y la discapacidad. Porque ese motor no es otro que los miles de profesionales de la sanidad y la dependencia abandonados por sus políticas, señorías.
Léanse los Convenios colectivos de las últimas décadas, señorías, y empiecen por mejorarlos. De nada sirve manifestarse “en favor de” si, cuando ustedes, los políticos, tienen la capacidad de transformar y mejorar nuestras vidas, no lo hacen.
Es hora de ponerse manos a la obra, de escuchar a los profesionales de la atención básica. Es hora de voltear la pirámide de la “titulitis”, señorías, y fortalecer las bases tan fundamentales en el día a día de cualquier institución pública o privada.
La calidad de vida de las personas usuarias de estos centros depende, en muchas ocasiones, de estos profesionales de la atención básica que, a pesar de sus vergonzosas retribuciones, desarrollan su trabajo con una eficiencia y dedicación muy por encima de lo que muchos de ustedes se puedan imaginar.
Una de las cosas que mi propia experiencia en el sector me ha enseñado es que los cuidados básicos son imprescindibles para la vida de muchas personas y, en muchas ocasiones, sin ellos, no es posible la existencia. El valor de los cuidados es el valor de la vida. Es por esto, señorías, que es tan importante valorar y reconocer el trabajo de estos profesionales.
La calidad en los cuidados es un importante cimiento en la evolución, no lo olviden. Y no olviden tampoco que mañana, quizá, nos pueda tocar a nosotros depender de ellos…