Una de las cosas que no puede entender ni la izquierda progre ni los centristas descentrados, es que haya personas que defendamos la libertad del individuo por encima de la ideología, o dicho de otra forma, que haya personas que basemos nuestra ideología en la defensa del individuo.
De tal forma que defendamos que ni el estado, ni los políticos, deben opinar y mucho menos legislar, sobre con quien se acuesta o se deja de acostar una persona, o incluso sobre su orientación sexual, porque eso forma parte de la libertad individual. Y es precisamente ese el objetivo real que persiguen atacar estas nuevas leyes ideológicas de la izquierda, limitar y condicionar la libertad de las personas.
Porque esta Ley no tiene nada que ver con los gays, con las lesbianas, con los transexuales o con los bisexuales, sino que tiene que ver con una forma muy particular de ser gay, o de ser lesbiana, o de ser transexual o bisexual. Y que es la única forma admisible q permite esta cultura de la izquierda cada vez más radicalizada, que nos intentan imponer a todos y que el Partido Popular asumió, digirió e impulsó a través, entre otras, de la Ley Cifuentes o la Ley Feijóo.
Una Ley que atenta directamente contra derechos fundamentales, como es el recogido en el artículo 27.3 de la Constitución Española, que establece que los poderes públicos tienen que garantizar la libertad de los padres para educar a sus hijos en sus valores. Además de ser una Ley innecesaria, porque la Constitución ya recoge en su artículo 14 la igualdad de todos los Españoles ante la Ley, independientemente de su orientación sexual.
Por tanto, una Ley que tiene como único objetivo crear víctimas para eliminar derechos a través de falsas colectividades ideológicas a las que posteriormente les señalan con el dedo, a pesar del daño que hacen tanto al conjunto de la sociedad, como a aquellos que falsariamente dicen defender, exclusivamente para conseguir sus objetivos políticos concretos.
Por eso el objetivo real que se esconde bajo esta Ley que señala a falsas colectividades o colectividades parciales, es atentar contra la libertad de la familia, contra la libertad de educación y contra la libertad de pensamiento, para alimentar su falsa ideología de género, a la par de imponernos sus chiringuitos ideológicos para adoctrinar a nuestros menores.
Porque esa es la valentía de la izquierda, atacar a los más débiles, atacar a nuestros menores.
Lo que sí es sorprendente es que ésta Ley sea actualmente lo más importante para el PSOE de Cantabria, con más de 60.000 muertes a la espalda del peor gobierno de la historia de España. En una situación de destrucción de nuestro tejido productivo sin precedentes, con miles de autónomos y empresas que no saben si mañana van a tener que cerrar la persiana, y con miles de familias y dependientes, que se encuentran y se sienten solos y que no tienen prácticamente de qué comer, o cómo pagar la luz, el agua, el alquiler o la hipoteca.
Por eso, que ante la actual situación de crisis económica y social provocada por la pandemia del Covid-19, la única Ley que haya traído el partido socialista de Cantabria en los últimos 6 años, sea esta ley ideológica, es al menos desleal para los vecinos de Cantabria.